Stephan Schürmann, creador de la revolucionaria impresora Blackbelt 3D


De pequeño quería ser inventor, y su sueño se ha hecho realidad. Con tan solo 24 años ideó un modelo de impresora 3D que rompía con todos los que había en el mercado hasta entonces. Con el proyecto de la Blackbelt 3D pensó en un sistema revolucionario que permitiera imprimir piezas con largo infinito y producción en serie, gracias a su cinta transportadora de fibra de carbono y alta precisión, y diseños con formas y geometrías antes impensables, sin soportes, gracias a la inclinación de 45 grados de su cabezal.

Junto con su socio, Ruud Rouleaux, pensaron en una campaña en Kickstarter para recaudar los fondos necesarios para sacar adelante la fabricación y comercialización de la nueva impresora. Y en junio de 2017, en tan solo 15 minutos lograron superar su objetivo de campaña, 50.000 euros, y empezar a fabricar los modelos solicitados, que empezaron a entregar en octubre.

En Uniqo Custom Engineering adquirimos una Blackbelt 3D en 2018 y, aunque ya conocíamos sus grandes posibilidades, nos sorprendió el excelente resultado que nos ofreció esta impresora en nuestros trabajos de prototipos y piezas funcionales para automoción y otros sectores industriales.

Desde diciembre de 2018 somos distribuidores exclusivos de esta impresora en España y recientemente, su creador y CEO, el ingeniero alemán Stephan Schürmann, nos devolvió la visita que hicimos el año pasado a su sede en Holanda.  Además, la semana que viene estará con nosotros en nuestro stand de la feria ADDIT 3D en Bilbao.

Con Stephan hemos aprendido nuevos detalles de las actualizaciones y mejoras de la Blackbelt 3D, y hemos compartido experiencias con este inventor, que ya fue protagonista de una charla Ted en 2017 a sus 27 años.

Os dejamos una pequeña entrevista que le hicimos:

- Stephan, ¿cómo te introdujiste en el mundo de la impresión 3D?

Empecé cuando estaba en la universidad estudiando diseño industrial en Venlo. Cuando finalicé, la universidad adquirió varias impresoras y nadie sabía cómo funcionaban. Pedí poder trabajar con ellas y lo aceptaron, pero me pidieron que hiciera un manual de cómo funcionaban. Así empecé con la impresión 3D. Después hice prácticas en ColorFabb, la compañía que fabrica materiales de impresión 3D. Allí aprendí mucho y desarrollé un interesante proyecto, una bicicleta impresa en 3D. Mi proyecto de fin de carrera fue crear una impresora 3D básica, tan fácil de usar como una impresora 2D.

- Y te lanzaste a hacerla realidad.

Sí, junto con mi jefe en Colorfabb, Ruud Rouleaux, fundamos Blackbelt 3D en 2017. Es una compañía que se engloba dentro del grupo. La impresora 3D ha sido un proyecto en el que he trabajado “en secreto” cuatro años, desde la idea original hasta la construcción del prototipo. Ahora es un proyecto “opensource” (código abierto), que está accesible para todos los estudiantes.

- ¿Por qué elegiste la recaudación de fondos para lanzar el proyecto?

Cuando terminé el prototipo lo enseñé al equipo de Colorfabb, con los que estaba trabajando y se mostraron estusiasmados. Me dijeron: es una gran idea y tienes que continuar con ello. Pensé en varias posibilidades y Kickstarter, que es una plataforma de financiación de proyectos creativos, era una buena opción para hacer realidad la impresora, también por sus opciones de venta.

- Superasteis los 50.000 euros que esperabais recaudar en solamente 15 minutos. ¿Esperabas que funcionara así?

Bueno, fue como “el momento de la verdad”. No sabríamos si la idea funcionaría y la gente pagaría por la impresora, así que cuando vimos que funcionó también estábamos muy felices. Para mí fue también un experimento, porque nunca tienes la total seguridad de que una campaña de este tipo funcionará. Y ahora es una empresa real gracias esos primeros 20 clientes (empresas y particulares) que confiaron en el proyecto y compraron la impresora. Tuvimos que trabajar duro para entregar esas primeras impresoras en unos meses, al final de ese año, pero una gran experiencia. En 2018 vendimos alrededor de otras 50 impresoras en todo el mundo.

- ¿Qué ventajas presenta la Blackbelt 3D?

Tres ventajas principales: puedes imprimir sin límites en una dirección, puedes realizar producción en serie sin parar la máquina y, por último, esta impresora permite imprimir piezas con formas geométricas especiales que antes no se podía, sin materiales de soporte.

- La impresora se sigue mejorando y actualizando. ¿También aportan sugerencias los clientes o distribuidores como Uniqo?

Sí, los clientes son muy diversos. La mayoría de las impresoras están en empresas industriales de sectores muy diferentes. Y nuestro trabajo, junto con los clientes, es encontrar y desarrollar nuevas aplicaciones porque es una tecnología nueva en el mercado, con nuevas posibilidades y necesitas saber muy bien cómo funciona para encontrar nuevas opciones de uso. La impresora permite multitud de opciones para distintos campos de la industria. Incluye un espectro muy amplio. Uniqo es un buen ejemplo que me ha sorprendido, con todas las diferentes piezas, proyectos y prototipos tan variadas que están creando para distintos sectores. Eso sí, muchos proyectos en otras compañías son secretos y no los conocemos. Proyectos de gente que tiene una idea, o investigadores, y quieren producirla en poco tiempo, por ejemplo.

- ¿Cómo esperas que evolucione el mercado de la Blackbelt 3D en los próximos años?

El mercado está respondiendo muy bien. En España, Uniqo será un buen distribuidor no solamente por la venta de las máquinas sino porque aporta un valor añadido en conocimientos técnicos que es muy importante. Vamos a tener una buena colaboración.

Conoce las características técnicas de la nueva Blackbelt 3D.

Estaremos con Stephan y BlackBelt 3D en la Feria ADDIT 3D en Bilbao, del 2 al 4 de junio. 

 


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